
“El cuento de Pedro el conejo” hizo famosa a Beatrix Potter, quien era no sólo una ilustradora, sino que también una investigadora científica de la naturaleza.

Este año se cumplen 122 años de la publicación de “El cuento de Pedro el conejo”, el cual convirtió a Beatrix Potter en una de la autoras de libros infantiles más conocida en el mundo entero.
También fue pionera en lo que hoy conocemos como merchadising, la venta de productos con sus personajes. Fue ella misma quien creó patentó el primer peluche de Pedro el conejo, sabiendo el potencial que existía detrás de su trabajo.

Pero el camino a convertirse en la autora que conocemos hoy fue más un desvío de la carrera que a ella más le interesaba: la ilustración e investigación científica.
Beatrix se dedicó a estudiar e ilustrar hongos, levaduras, mohos y otros. Su interés era tal que recibió ayuda de de un mentor para mejorar sus ilustraciones.

Llegó a la conclusión de que los líquenes son una forma de vida simbiótica, mediante experimentos que llevó a cabo en su cocina.
Su amor por la ciencia y la naturaleza le llevó a comprar diversas tierras, las que forman hoy parte de la National Trust, organismo encargado de conservar y revalorizar monumentos y lugares de interés colectivo.
El legado de Beatrix Potter, de esta forma, es uno que abarca más allá de las historias infantiles; quedando por descubrir a la científica que fue relegada casi al olvido.